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sábado, 1 de marzo de 2014

Taxi Driver, al borde de la locura y la moralidad

Are you talking to me?


1976 fue un gran año para la industria del cine, un director para muchos no tan significativo, se estaba haciendo de un nombre y cuando lanzó la que sería su cuarta película, empezó a forjar el camino que lo llevaría al lugar donde se encuentra actualmente. Así es señores, estamos hablando de Martin Scorsese y de su obra maestra Taxi Driver. El señor Scorsese decidió hacerla a lo grande y se hizo de los servicios de un treintañero Robert De Niro que ya había probado el sabor de la fama con su inmortal interpretación del joven Vito Corleone en El Padrino II y con la novata Jodie Foster de entonces 14 años.

Taxi Driver nos cuenta la historia del taciturno Travis Bickle, un excombatiente de la guerra de Vietnam con un particular peinado mohawk que ha quedado con severos trastornos mentales aunado a su inconveniente insomnio y adicción a la pornografía. Entonces ¿qué haces cuando has presenciado los horrores de la guerra, estas enojado y te encuentras en un estado permanente de vigilia?
La respuesta mas obvia sería convertirte en conductor de taxi nocturno en las calles de Nueva York, y precisamente esto es lo que decide hacer nuestro anti-héroe.

A medida que Travis (De Niro) recorre las decadentes calles de La Gran Manzana podemos observar la repugnancia que empieza a sentir por estas al ver toda la inmundicia que se respira en el frio concreto de la ciudad, proxenetas, delincuencia, drogas, etc. Pero la ruptura del personaje ocurre cuando es rechazado por una joven trabajadora en la campaña del precandidato presidencial y por vez primera observamos como la ira de Travis se hace manifiesta. Una buena noche observa a una joven prostituta de nombre Iris (Foster) discutiendo con su proxeneta, aquí la locura de Travis cobra vida en algo tangible y decide armarse hasta los dientes con la ayuda de un vendedor ilegal. Con su reciente adquisición empieza a obsesionarse con la idea de matar al precandidato antes mencionado y limpiar las calles de todos los vicios del hombre. ¿Acaso Travis escuchará a sus instintos sanguinarios para embarcarse en una especie de misión redentora y cumplir su cometido? Aunque ya sepamos la respuesta, no debemos olvidar que Travis también tiene una ambigüedad muy particular, por lo que también siente una necesidad de ayudar a la joven prostituta que le ha hecho ver la crudeza que existe en el mundo.

No contare mas detalles argumentales de la película porque eso lo pueden ver en Wikipedia, lo que si quiero agregar es que si vemos la película desde un punto de vista mas profundo, observaremos que el protagonista goza de una psicología compleja, que entra en un conflicto moral muy particular por no decir maquiavélico. Es decir, realmente ¿el fin justifica los medios? Podremos ver la película cientos de veces y seguiremos sin entender si nuestro querido Travis estaba del todo loco, pues al fin y al cabo, el individuo sabia reconocer entre el bien y el mal y solo decidió tomar al toro por los cuernos por cuenta propia, pero eso ya lo entenderán los que no han visto la película y quieran verla.

Para terminar de convencer a aquellos insensatos que eligen sus películas de formas mas demostrativas, les comento que la película fue galardonada con el máximo premio del Festival de Cannes, La Palma de Oro, así como cuatro nominaciones a unos premios que gozan fama mundial pero realmente carecen de valor artístico.

Les dejo un fragmento de la escena mas célebre de la película así como uno de los momentos mas legendarios en la historia del cine.

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